33 FANCINE: Festival de Cine Fantástico Universidad de Málaga. Día 8, 'White Plastic Sky', 'It Lives Inside', y 'Godless: The Eastfield Exorcism'.

 


15/11/23

Camino de la despedida, tras escalar la segunda etapa reina del Fancine, con los cortometrajes ayer, toca completar los dos títulos que nos faltaban a concurso, de cara a la elección del premio 'Gato Rabioso', que entrega la prensa acreditada, en un año donde no hemos dejado ni un cabo suelto, completando nuevamente la proyección de los diez títulos en competición.

Llegó el momento, la elegida como mejor película por la redacción de Fusion Freak, es la surcoreana 'Sleep', de Jason Yu, cinta que aprovecha los espacios mínimos, y ese terror tan genuino que surge de la propia naturaleza del descanso, estado generalmente nocturno de máximo relax. Un trabajo claustrofóbico que también aporta sentido del humor, sin que por ello se resienta su capacidad de inquietud.

Mención aparte merecen obras como 'La Chimera', de Alice Rohrwacher, seguramente la más consistente de las películas concursantes, pero a la que hay que reprochar que no contenga apenas ningún elemento fantástico, lo que en parte, y teniendo en cuenta la naturaleza de este Fancine, la descalifica.

Abrimos por última vez el cajón de sastre, para dejar las últimas películas de diferentes secciones fancineras, con los que cabe señalar, alcanzaremos esta tarde la veintena de títulos visionados, una vez hayamos completado la Gala de Clausura, que incluye la cinta 'We Are Zombies', el broche final para una 33 edición, de nuevo tendente a lo emocionalmente memorable. 

Hay vida más allá de la clausura, de hecho os dejamos la reseña de 'Godless: El Exorcismo de Eastfield', proyectada a las 19:00 en pase único, un trabajo estimable proveniente de las antípodas australianas, que se ha alzado con el premio de la Sección Panorama, en el reciente Festival de Sitges.

Tiempo habrá mañana para conclusiones y agradecimientos, con la publicación del palmarés y la gala de clausura, pero si que habría que destacar el buen nivel general de las películas proyectadas, con una enorme igualdad entre las candidatas a concurso, que augura un reparto de premios bastante probable, sin que este año podamos decir, que cualquiera de las que resultan elegidas en los diferentes apartados, no lo merezca.

Os dejamos como siempre las vías de contacto, para que no os falte ni un solo detalle o información referente al festival.

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- Ánima Zone:

WHITE PLASTIC SKY

Pocos estilos fílmicos han proliferado con mayor intensidad en el cine contemporáneo como el distópico, deseado subgénero de la ciencia ficción, que generalmente funciona como catalizador de los problemas políticos y sociales de la actualidad, al tiempo que permiten asomarse a esa ventana futura, en la que la ciencia y la tecnología han avanzado lo suficiente, para mostrarnos las enormes posibilidades de lo que probablemente esté por venir en tiempos venideros.

Budapest, año 2121, la población vive bajo una cúpula, que la protege del árido yermo exterior, los ciudadanos solo tienen permitido vivir hasta los cincuenta años, aunque existe la posibilidad de acortar la existencia, recurriendo a un implante de modificación genética.

Sabedores de que su mensaje encontrará mejor recepción en el terreno de la animación, lo realizadores húngaros Tibor Banoczki y Sarolta Szabó, recurren a la técnica de rotoscopia, para desarrollar su propio guión original, por el cual transitan ecos lejanos, de títulos distópicos tan significativos como 'Soylent Green' (1973), o 'La Fuga de Logan' (1976), autenticas joyas de Serie B, reverenciadas justamente desde hace ya algún tiempo, como verdaderos clásicos de culto.

Técnicamente, el film se beneficia de unos diseños vanguardistas realmente abrumadores, sobre todo en la primera media hora, en la que se imagina la Budapest de dentro de cien años, en contraposición a un exterior desolado, que toma el relevo desde la huida temprana de sus protagonistas, y cuya vocación de aventura consigue mantener el ritmo y el interés de la cinta en su primera mitad.

Cosa distinta sucede con su desenlace, demasiado tendente a un misticismo ecológico que no por anunciado, deja de restar capacidad a un comienzo bastante más deslumbrante, que además posee una enorme vocación creativa, algo que pierde intensidad por la compleja relación de pareja de sus mencionados protagonistas, sujetos por otra parte a un trauma bastante convencional, y explotado junto a otros problemas familiares del último de los personajes, dibujado todo ello en unos escenarios bastante más sombríos, que en base, se sumergen con exceso en un concepto demasiado tendente a lo melancólico, e incluso a lo depresivo.

Finalmente, 'White Plastic Sky' es un trabajo adulto, con un más que cuidado fondo visual, que si bien acaba degradándose a medida que avanza la cinta, tanto en el aspecto estético como argumental, encuentra motivos sobrados para manifestarse relevante, sobre todo para los amantes del subgénero distópico, soñadores de un futuro aún inalcanzado, pero igualmente inevitable.


- Sección Informativa:

IT LIVES INSIDE (VIVE DENTRO)

Si existe una cultura plagada de leyendas, adornadas por el mayor de los misticismos, esa es sin duda la hindú, poseedora además de una rica mitología de dioses y demonios, de la que se pueden extraer un sinfín de historias más que idóneas, para ser representadas en el terreno audiovisual.

Una familia hindú, emigrada a un barrio cómodo estadounidense, verá como una maldición, que se extiende entre los propios integrantes de su comunidad, pasa a la hija adolescente a través de una amiga, poniendo en peligro la supervivencia de todos sus miembros.

Debut en la dirección de Bishal Dutta, 'It Lives Inside' intenta aprovechar el contraste cultural de ambas nacionalidades, la hindú y la norteamericana, al tiempo que introduce el concepto terror demoníaco, bastante universalizado pese al supuesto exotismo que debería desprender tanto la leyenda, como la presencia de tan ominosa entidad.

Un trabajo presentado con un buen acabado técnico, que pese a lo cuidado de la fotografía, no consigue apartar nunca un tono excesivamente tenebroso, oscureciendo en demasía las escenas más potentes del film, las cuales se proyectan con un claro desajuste en el enfoque estético, algo que acaba por pasarle factura al resultado final de la cinta.

A esto se añade un abuso de los clichés típicos del cine de terror, los cuales acaban por difuminar algunos homenajes a títulos como 'Pesadilla en Elm Street' (1984), por su incidencia  de los sueños, y ese escenario académico de clásico instituto americano, o la más reciente 'It Follows' (2015), piedras angulares, cada una en su época, del mejor cine de terror, que indudablemente, siguen influenciando a los nuevos realizadores.

Del reparto, destaca la presencia de una Megan Suri, que asume el protagonismo con mejor intensidad que el resto de actores que la acompañan, sin ser tampoco un punto especialmente destacado de la cinta, da la impresión que a poco que escoja mejor sus trabajos, le puede aguardar un futuro prometedor, en un planeta cine cada vez mas abierto, y deseoso de abrazar la multiculturalidad. 

Finalmente, 'It Lives Inside' deja pasar la oportunidad de competir como un producto más genuino, sienta las bases para un relato prometedor, pero acaba naufragando como un trabajo excesivamente convencional y previsible, engullido por esa máquina Hollywoodiense de hacer fotocopias, el verdadero monstruo devorador de cualquier rastro de originalidad ancestral, justo el aspecto que el film debería haber explotado con mayor intensidad. 


- Sección Informativa:

GODLESS: THE EASTFIELD EXORCISM

Justo ahora que se cumplen cincuenta años del estreno de 'El Exorcista', obra cumbre del género de terror, es interesante echar la vista atrás, y comprobar como las audiencias han ido evolucionando, hasta difuminar mucho de ese temor católico que portaban nuestros padres y abuelos, y que llegados a este nuevo siglo, no solo ha perdido intensidad como concepto, sino que en muchos casos suena a chufa, o se presta al mayor de los ridículos en el terreno cinematográfico.

Basada en una historia original, sucedida a principios de los 90 en Australia, 'Godless: The Eastfield Exorcism' se centra en un joven matrimonio que pasa por sus horas más bajas, tras ser diagnosticada la esposa con un cuadro agudo de esquizofrenia paranoide, que la lleva a comportamientos malsanos y aterradores, los cuales son identificados por su marido, un devoto creyente unido a una comunidad católica más bien sectaria, como un caso claro de posesión demoníaca. 

Un trabajo interesante, que nunca acaba por definir la dirección que lleva, arreglándoselas para mantener la atención del espectador hasta el desenlace, donde una vez puestas las cartas sobre la mesa, se muestra relevante en sus conclusiones, por mucho que recurra al efectismo puntualmente durante su recorrido, o resuelva escenas de vital importancia para la trama, de manera excesivamente torpe y sujeta a lo convencional.

Del reparto, no destaca especialmente la química entre el matrimonio protagonista, con un poco convincente Dan Ewing, y una más sufrida y esforzada Ella Bourne, que al menos mantiene el tipo en el ojo del huracán, por suerte, los actores secundarios si resultan bastante más creíbles, en especial Tim Pocock, que aparece en la segunda mitad del film como exorcista poco ortodoxo, extremadamente agresivo en sus métodos, una figura que indudablemente, ayuda a  elevar el tono general del film.

Tampoco se puede destacar especialmente la parte técnica, su principal responsable, el realizador Nick Kozakis, recurre a la tensión general, bien apoyado en unos adecuados trabajos de montaje y sonido, y a una banda sonora bien implementada, que en parte, ayudan a disfrazar su vocación más bien plana tras la cámara.

Finalmente, hay que agradecer que 'Godless: The Eastfield Exorcism' no haya caído apenas en el efectismo barato del cine de exorcismos y posesiones varias, alejando también ese adoctrinamiento católico en el que suelen incidir muchas de las propuestas de dicho subgénero, se puede decir que su principal virtud es no dejarse arrastrar por la tentación, pese a portar en muchos aspectos, una vocación similar a esa infinidad de olvidables telefilms de sobremesa, los cuales esquiva apuntalando de trascendencia su discurso.












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