10/11/23
Viernes de pasión fancinera, la cercanía al fin de semana activa al público, por la calidad de las propuestas y el sinfín de actividades ofertados por esta 33 edición, la cual comienza a portar, como viene siendo tendencia habitual en los últimos años, un tono de solemnidad destacado, gracias en parte, y lo decimos siempre, al enorme trabajo del equipo organizador.
Entregados a la vorágine de las películas a concurso, no en vano pronto tendremos que votar, como también es habitual cada año, el premio 'Gato Rabioso' a la mejor película de competición, que otorga la prensa, al tiempo que puntuamos cada una de ellas como público, hemos dejado a un lado la macedonia de tendencias que el Fancine nos oferta, centrados por las vicisitudes de la programación, en los tres títulos a concurso de la jornada, los cuales desde Francia a Corea del Sur, pasando por Italia, han resultado bastante estimables. Prometemos volver con el resto de secciones a la mayor brevedad posible.
El clásico concierto de Bandas Sonoras, con lleno absoluto, y bajo la batuta de Jose Luis López Antón. La Orquesta Sinfónica Provincial de Málaga, interpretó piezas para más de trescientas personas, pertenecientes a películas como 'Forrest Gump', 'Los Siete Magníficos', o 'Braveheart', entre otras. El evento se ha desarrollado en El Auditorio de La Escuela Técnica Superior de Ingeniería Informática y Telecomunicaciones de la UMA, con el apoyo de la Diputación de Málaga, y grabado íntegramente por el Centro de Tecnología de la Imagen.
Para hoy Sábado, día grande del Fancine, estad atentos a propuestas como 'The Beast', o 'Vincent debe morir', ambas a concurso, también a títulos de otras secciones como 'Deep Sea', o 'River', que se exhiben en horario matinal, así como 'Deviant', que contará con Daniel M. Caneiro, su director.
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- Largometrajes a Concurso:
MARS EXPRESS
El cine de animación francés tiene una deuda con Delphine Software, la mítica empresa desarrolladora y distribuidora de videojuegos, que pese a su corto recorrido, entre finales de los 80 y principios del nuevo milenio, dejó una serie de títulos icónicos y absolutamente innovadores, que aún hoy siguen siendo clara referencia, como mejor ejemplo de lo que era aquel universo, hoy retro, de auténticas maravillas pixeladas.
Es bastante seguro que Jérémie Périn, ha tenido en cuenta 'Flashback', la joya de la corona de Delphine, (con permiso de 'Another World', su hermano mayor) a la hora de trazar los diseños, en su debut en el largometraje de animación, un viaje policiaco hacia un Marte futuro, en la que una pareja de detectives, Aline y Carlos, debe encontrar a una estudiante de robótica, que parece estar liberando la IA de la numerosa población de sintéticos, antes de que los asesinos que pretenden liquidarla lleguen a ella.
Varias influencias estéticas transitan por un trabajo visto y vanguardista, desde un estilo de manga suave, combinado con ese dibujo de lineas estilizadas, tan propio del universo animado galo, cuya identidad se encuentra resguardada principalmente en el mundo del cortometraje, terreno en el que debutó el propio realizador, y en el que el país vecino tiene una enorme presencia.
De la historia, es imposible no pensar en 'Blade Runner', sobre todo cuando esa pareja de policías ocupa el protagonismo, en esa búsqueda de contraponer la humanidad de Aline, a la inteligencia artificial en cuerpo robótico de Carlos, el cual falleció años atrás, pero conserva los recuerdos y las sensaciones pasadas, al tiempo que su nueva naturaleza, le convierten en el guardaespaldas perfecto, siendo éste un personaje que compendia bastantes de los hallazgos visuales del film.
Otros títulos del cine de ciencia ficción, como 'Dune' de David Lynch, encuentran también su merecido homenaje entre las notas de Périn, que también firma un guión, que quizá podría haber indagado más en los conflictos distópicos, y extrapolarlos a la actualidad, una de las bases del género, algo que aquí apenas queda esbozado, a veces por un exceso de acción, y otras por cierta reiteración en esa labor de investigación de sus protagonistas, innecesariamente enrevesada en ciertos momentos.
Finalmente, 'Mars Express' se erige como un estiloso relato, plagado de influencias, unas más reconocibles que otras, pero que igualmente se las arregla más allá de los homenajes por mostrar cierta identidad propia, con elegantes escenarios vanguardistas y un adecuado tono adulto, que seguro hará las delicias de todos aquellos soñadores de futuros cercanos.
- Largometrajes a Concurso:
SLEEP
Casi sin darnos cuenta, el cine surcoreano robó, en apenas dos décadas, todo el protagonismo a sus vecinos asiáticos, para consolidarse como uno de los reclamos más importantes del panorama internacional, que poco o nada tienen ya que ver con el exotismo o el choque cultural entre oriente y occidente, asumida gran parte de sus costumbres y formas sociales gracias a la enorme proliferación de títulos, tanto televisivos como cinematográficos.
Casi sin darnos cuenta, el cine surcoreano robó, en apenas dos décadas, todo el protagonismo a sus vecinos asiáticos, para consolidarse como uno de los reclamos más importantes del panorama internacional, que poco o nada tienen ya que ver con el exotismo o el choque cultural entre oriente y occidente, asumida gran parte de sus costumbres y formas sociales gracias a la enorme proliferación de títulos, tanto televisivos como cinematográficos.
El debut en la dirección de Jason Yu, a partir de su propio guión original, se centra en un una mujer embarazada, que asiste entre el miedo y la perplejidad, al extraño comportamiento sonámbulo de su marido, el cual va escalando noche tras noche hacia un estadio mucho más extremo.
Un trabajo que aprovecha los escenarios mínimos, y ese terror tan lógico que surge de la propia naturaleza del descanso, estado generalmente nocturno de máxima relajación, en el que cualquier ruido o sacudida puede suponer un sobresalto, un punto en el que cabe destacar el excelente trabajo de sonido que porta el film, bien ensamblado con un montaje que básicamente, enfoca toda su capacidad en una puesta en escena tan modesta como eficaz.
Por otra parte, y como suele ocurrir con muchos de los títulos surcoreanos, el humor surge como válvula de escape al estrés conyugal planteado, manejando ese sutil equilibrio entre géneros del que Yu sale bastante airoso, en parte por su buena mano con los actores, no solo los protagonistas, más expuestos en el centro del escenario, también con los de reparto, los cuales dibuja para que casi ninguno quede como un elemento testimonial, por mucho que su participación sea breve.
Sleep se divide en tres capítulos, en los cuales se va modulando ese aspecto claustrofóbico, que a medida que sube la apuesta, va dejando algunos homenajes a algún título emblemático del cine de terror contemporáneo, mientras que cuando alcanza el clímax final, ha sembrado muy bien el terreno con detalles concretos, quizá subestimados en principio como superfluos, pero que adquieren enorme y ambigua relevancia, en uno de esos desenlaces que dan que pensar, incluso más allá de cuando se hayan encendido las luces, una vez bajado el telón del film.
Finalmente, la ópera prima de Jason Yu, es un film modesto pero realizado con mucho ingenio, tiene cuidado con los detalles, y sabe mantener el interés casi todo el metraje, configurando uno de esos trabajos originales, en el que conviven varios géneros, por suerte sin miedo a atropellarse, mientras la genuina inquietud y el misterio, hacen del film una apuesta segura para los amantes de los relatos tensos.
- Largometrajes a Concurso:
LA CHIMERA
Si existe una cinematografía europea, que pueda competir honesta e históricamente como una de las mejores, esa es sin duda la italiana, cantera inagotable de talentos, extendido prácticamente a todos los géneros, con un más que palpable compromiso artístico, y que generalmente, suele estar desprovisto de ese gen pretencioso que si suele portar alguno de sus vecinos geográficos.
En ese punto, la guionista y directora Alice Rohrwacher, se ha ganado a pulso llamar la atención, gracias a títulos como 'Lazzaro Felice' (2018), dotada de ese espectro neorrealista tan destacado, con la que consiguió poner su nombre en el circuito internacional, al tiempo que acaparaba una serie de premios, en los festivales más prestigiosos.
Con un tono sembrado de un lirismo similar, 'La Chimera' es un film algo inclasificable, cuyos argumentos sobre el saqueo y venta ilegal de tesoros arqueológicos, esconde realmente un relato con forma diapositiva, que abre una ventana a la Toscana rural de la década de los 80, que bien parece recoger tintes autobiográficos de la infancia de la propia realizadora.
Como bien dice una de las narraciones musicales, el film se sitúa entre entre lo sacrílego y lo sagrado, dotada de ese costumbrismo pleno y vital, que suele funcionar siempre a la hora de realizar un retrato sobre la propia condición humana, mientras la fascinación surge de ese universo subterráneo de misterio etrusco, en el que se acaba de apuntalar tan poético ejercicio de estilo.
Poseedora de un humor bastante peculiar, hay que reconocer el esfuerzo de su protagonista, un Josh O'Connor que puede resultar del todo antipático o irritante, pero que sin duda se entrega en cuerpo y alma a la complejidad de su personaje, bien secundado por un reparto de perfiles muy bien escogidos, para ese mencionado tono costumbrista que porta el film, entre los que destaca la presencia, y no por casualidad, de la veterana Isabella Rossellini, aún dotada de su habitual fuerza interpretativa.
La libertad plena que muestra Rohrwacher en 'La Chimera', se expresa nítidamente en el modo con el que experimenta con la forma y el contenido, de hecho se permite el lujo incluso de romper puntualmente la cuarta pared, gracias a un excelente gusto para la puesta en escena, que es capaz de capturar la belleza clásica del expolio, y hacer participe al espectador de ello, mientras la banda sonora, plagada de temas tan opuestos, que transitan desde Kraftwerk a Franco Battiato, hacen el resto para ensamblar la obra y dirigirla hacia un terreno de vibrante originalidad.
Finalmente, es bastante seguro que el último trabajo de Alice Rohrwacher no es para todos los públicos, hay que tener cierta base fílmica en el cine neorrealista italiano, con su humanismo, su puesta en escena plagada de espacios naturales, en el que se recoge esa belleza por lo precario, y sobre todo, hay que tener cierta disposición anímica para dejarse llevar por su peculiar estilo narrativo, por el cual indudablemente es obligado dejarse seducir, una serie de condiciones de las que deben huir, aquellos consumidores de productos fílmicos prefabricados.
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