Ahora que Marvel parece haber bajado el listón, por aquello de que todo lo que sube tiende a bajar, o que es imposible mantenerse a un nivel más óptimo de lo esperado tanto tiempo, puede que a Warner/DC le resulte algo más sencillo soportar el peso de la comparación, y quizá relajar el tono de un producto que para su desgracia, luce bastante mejor en su formato original de papel viñeta.
También en la búsqueda de conseguir un alter ego de Peter Parker, resulta lógico que sea Barry Allen, por la edad y los traumas de su personaje, el que recoja el testigo de similares aventuras para DC, por mucho que, y como suele ser habitual, sea un poco excusa para juntarle con la Caja B, en cuyo interior se encuentra el Hombre Murciélago, en esas dos únicas opciones que parece barajar Warner, y que en su versión A, consiste básicamente a sacar al payaso de la otra caja.
Por suerte, Flash se beneficia del nervio y la buena voluntad de su realizador, un Andrés Muschietti decidido a no dejar pasar por alto el perfil humano de su protagonista, un Ezra Miller implicado, al cual rodea de personajes y situaciones en las que consigue alcanzar una genuina emotividad, sin descuidar nunca el concepto de espectáculo, exigible y ligado a cualquier producto de similares características.
Entre viajes temporales, bromas generacionales, y accesos al multiverso, lo que verdaderamente hace destacar al film el es factor nostalgia, con un sinfín de cameos y guiños que harán la delicias de todos aquellos, que en mayor o menor medida, conozcan las diversas historias que hay tras algo más de siete décadas de sus personajes en el cine y la televisión.
En los apartados técnicos, resaltar el excelente y atronador trabajo de sonido, y una banda sonora adecuada de Benjamin Wallfish, que mucho debe al tema compuesto por Danny Elfman para los Batman de Tim Burton, cuya sombra va incluso más allá de recuperar la estética de las cintas protagonizadas por un Michael Keaton, cuya presencia y maneras justifican sobradamente el visionado del film.
Del reparto, señalar a nuestra Maribel Verdú, con un personaje fundamental para la historia, desde ese plano secundario donde actores tan capaces como Michael Shannon, el cual revive a su General Zod, dejan paso a sorpresas como la de Sasha Calle, impecable y convincente como Supergirl, en los que además, se encuentran los mejores momentos de un film, que casi siempre resulta sumamente entretenido.
Para Terminar , parece que DC empieza a conseguir alejar el fantasma de los disperso, seguramente por lo mencionado al inicio, una menor presión de su más directo rival, le permite mostrarse más desinhibido y consciente de su potencial, cierto que podría reclamarse algo más de solemnidad al resultado final, pero es algo que no resta virtudes a un trabajo al que se le pueden poner pocos reproches, y que finalmente, se erige como un vistoso y eficaz relato de fantasía heroica.
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